Ambos instructores de vela, en 2020 decidimos dar el paso y comprar nuestro propio barco, en el que pasamos varios meses al año. Pierre, monitor de esquí y snowboard, se ocupa casi exclusivamente del funcionamiento del barco, así como de gran parte de su mantenimiento y puesta a punto. A menudo le verás consultar el tiempo y las cartas náuticas para decidir nuestras rutas y los mejores lugares para las paradas diurnas y nocturnas. No le pidas que cocine, sólo lo hace cuando no puede evitarlo, aunque con éxito (dice...). Deportista de toda la vida, le encanta nadar, le encanta el frío y por eso estará más a menudo a la sombra. En tierra siempre lleva camiseta, pantalón corto y chanclas, incluso cuando los humanos llevamos jersey. Ha viajado a lo largo y ancho de casi todo el Mediterráneo y ha tenido alguna experiencia más allá de las Columnas de Hércules, pero ha decidido que le gusta más el Mediterráneo, así que en los últimos años se ha dedicado al sur de Italia y a nuestras hermosas islas. Federica, deportista pero no como Pierre, me encanta nadar pero no soporto el frío, así que a menudo vuelvo a bordo antes que él (incluso con el traje de neopreno puesto). Me encanta bucear, aunque rara vez lo consigo. Soy la marinera, estaré contigo en la cocina y haré todo lo posible para que te sientas bien. A veces tengo ambiciones de comandante... pero ya sabes: a bordo sólo hay un comandante, así que me retiro en condiciones, no sin antes expresar mis ideas. Si son buenas, se ve en la cara de Pierre. Navegando de norte a sur más de un par de veces, conozco mejor los mares italianos y vecinos, pero más allá de Gibraltar también he ido a probar un poco el océano. Después de las islas italianas me gustaría ir a Grecia... ¿nos acompañará pronto? Mia, la «gata veloira», subió a bordo cuando sólo tenía 3 meses. Conoció el barco antes que la casa, y parece sentirse como en casa a bordo... en todas partes. Durante la navegación se queda casi siempre bajo cubierta y a veces, sobre todo al atardecer, sube a vigilar. Es la princesita del barco y siempre es adorada por todos porque es una gatita muy dulce y mimosa. Sólo hay que tener cuidado cuando hay peces: ¡se vuelve loca y salta por todas partes! Somos dos personas tranquilas (y un gato), nos encanta comer bien, nos encanta navegar, nos encanta la paz y por eso prácticamente nunca tenemos más de 4 personas a bordo: así todo el mundo tiene garantizado su propio espacio, encima y debajo de la cubierta.