Por muy cómodos que sean, los cruceros siguen siendo medios de transporte imprescindibles y con un espacio limitado que requiere atención al equipaje, por lo que el consejo es reducir todo a lo imprescindible y dejar lo superfluo en la ciudad. Utiliza una mochila grande o una bolsa de lona blanda que, una vez vacía, se pueda plegar y colocar más fácilmente dentro de la embarcación. Evite las maletas o los carros rígidos en la medida de lo posible. Además de la bolsa grande principal, puede ser útil llevar una mochila más pequeña o una bolsa de playa para pequeñas excursiones en tierra. Zapatos náuticos (o zapatillas de deporte, pero preferiblemente con suela clara y antideslizante) para usar estrictamente solo a bordo, sombrero y gafas de sol. Camisetas y pantalones cortos, traje de baño, toalla de playa, zapatillas de playa/ducha, zapatos para usar en tierra. Una sudadera o forro polar, una chaqueta ligera e impermeable preferiblemente con capucha, un par de pantalones largos. Artículos de tocador, toallas, ropa de cama y una pequeña farmacia de viaje (incluido protector solar) y cualquier medicamento personal específico. Posiblemente sábanas y funda de almohada, algunos CD, cargador de teléfono móvil con toma USB, cámara y, finalmente, algo para salir por la noche... ¡La maleta está lista para embarcar!