El segundo día, soltamos nuestras amarras y comenzamos a navegar hacia la encantadora isla de Procida con sus coloridos pueblos de pescadores. La isla ofrece muy buenos fondeaderos en la rada o, alternativamente, puede decidir amarrar en el puerto para una degustación de platos típicos locales.

Por la mañana desplegamos las velas en dirección a Ventotene, donde nos espera un mar con hermosos fondos marinos. Quienes practiquen buceo o snorkel disfrutarán plenamente de sus bellezas. Si no practicas submarinismo, ¡no hay problema! Podrás pasar un fantástico día de playa en un entorno realmente evocador. Para terminar de la mejor manera, disfrutarás de un aperitivo fresquito al atardecer acompañado de una cena en el puerto.

Navegamos hasta Ponza para admirar el encantador mar que caracteriza a esta isla, un lugar donde el cielo, el mar y la tierra se unen en un paisaje inolvidable. Por la noche, te espera un divertido aperitivo acompañado de excelente música en el puerto.

Es hora de partir hacia Palmarola, una de las perlas del archipiélago pontino. Una vez lleguemos, permaneceremos fondeados para darnos un chapuzón en las aguas cristalinas de un azul cegador y pasar un rato en total relajación. Todo el día está dedicado al descubrimiento y circunnavegación de la isla prácticamente deshabitada. Al atardecer regresamos a Ponza.