Los orígenes de Trapani están ligados a su conformación geográfica y a las leyendas mitológicas, pero los primeros vestigios históricos se remontan a los elimios, un pueblo que se asentó en el oeste de Sicilia antes del siglo XI a.C.

La ciudad se convirtió entonces en un importante puerto comercial bajo los fenicios, gracias a su posición estratégica, y a lo largo de los siglos fue un centro fundamental para los romanos, árabes (que la llamaban Itrabinis) y normandos.

Cuenta la leyenda que el dios Cronos (o Saturno, en la tradición latina) perdió su guadaña mientras se alejaba de Sicilia y, al caer al mar, la guadaña se convirtió en la península de Trapani, de ahí el nombre griego Drepanon, que significa hoz.

QUÉ VER EN TRAPANI:

Los famosos atardeceres rosas

El centro histórico con sus iglesias y calles características.

El paseo marítimo que recorre la costa.

Torre Ligny

La pernoctación se realiza en un barco en el puerto de Trapani.

Después del desayuno zarpamos hacia Favignana, la más grande de las Islas Egadas, anteriormente llamada Aegusa y conocida por su forma de mariposa.

Durante la navegación se pueden admirar y visitar las hermosas calas de Cala Rossa, Cala Azzurra y Bue Marino, dependiendo de los vientos.

Habrá una parada en la isla para disfrutar de un aperitivo en tierra, con platos típicos de la tradición local.

Favignana ofrece una mezcla única de mar cristalino, naturaleza, historia y gastronomía: no hay que perderse la antigua Tonnara Florio y la Palazzina Florio,

Para los amantes de la aventura, la subida al Castillo de Santa Caterina es ideal. El sendero tarda unos 45 minutos en caminar, pero una vez en la cima tendrás una vista panorámica de todo el archipiélago.

La tarde puede continuar por las calles del pueblo y las tiendas de artesanía, o con una excursión en bicicleta eléctrica para descubrir calas y bahías.

La cena será en el barco o en tierra, a elección de los huéspedes.

La pernoctación será a bordo en el puerto de Favignana.