Nunca antes había hecho una semana en un barco. Hay que partir de la suposición de que se trata de un tipo particular de vacaciones y se necesita un poco de espíritu de adaptación, pero si todo va bien, no querrá hacer nada más por el resto de su vida. Con el deseo de minimizar los riesgos y construir una experiencia memorable, Matteo, Alessio y Giacomo son una garantía.
Entonces, ¿qué podría salir mal en una semana en un velero?
I) Clima: desafortunadamente la capacidad de controlar el mar y los vientos aún no nos pertenece (pero se rumorea que Alessio ya casi está) por lo que la capacidad de leer situaciones y tomar decisiones sobre la marcha se vuelve fundamental. En nuestro caso, dada la climatología, en la misma noche de la salida se decidió invertir el recorrido y hacer 10 horas de navegación nocturna directa a Córcega para luego tocar Capraia y Elba a la vuelta. Esta decisión ha dado un giro completo a nuestras vacaciones, garantizándonos una semana de sol y buen tiempo prácticamente sin horas de logística. Entonces, a veces el clima puede interponerse en el camino de una manera insuperable, pero tenga la seguridad de que si es posible serán los primeros en proponer soluciones (y salvar sus vacaciones)
2) Patrón: considera lo difícil que puede ser conseguir que un grupo de 10+ personas se ponga de acuerdo si no tienes un muy buen conocimiento de los lugares (las calas más bonitas, bahías donde puedes dormir, playas donde tiene sentido bajarse, el tiempo necesario, etc.) o por el contrario lo frustrante que es tener un capitán que va a una velocidad diferente a la del grupo (es decir, movimientos continuos, poco tiempo en el agua, etc.). Aquí no correrás el riesgo, no tanto porque conozcan muy bien calas, playas, bahías, puertos, etc., (lo que espero que sea común entre los que navegan a menudo por estas aguas, pero recuerda que nunca se acaba lo peor), sino más bien por la pasión que ponen en este trabajo. Te encontrarás pasando tiempo con un equipo que disfruta de la belleza de estos lugares al menos tanto como tú, abierto al diálogo, siempre dispuesto a reírse y sin ganas de apurarte
3) Encaja con el grupo: seamos realistas, pasar una semana en espacios obviamente confinados con personas que no conoces implica el riesgo de no llevarte bien con alguien. Para limitar el problema, además de la obvia selección natural, Matteo siempre pone su propio esfuerzo en construir grupos que desde la altura de su experiencia puedan trabajar juntos. ¿Funciona su enfoque? Yo diría que sí. En mi caso, pasé una semana increíble con un grupo súper heterogéneo, llevándome bien con todos más allá de todas las expectativas
En resumen, lugares increíbles que solo el barco te permite experimentar de esta manera, patrones competentes, agradables y tranquilos, un grupo superlativo con el que con mucho gusto habría pasado otro mes en el mar. ¿Qué más?
En una cosa, sin embargo, me encuentro en desacuerdo con Matteo. He leído un par de críticas esporádicas de personas que se quejan de cosas absurdas como el escaso espacio que tenían en el barco, en lugar del clima o cómo arriesgaron sus vidas haciendo cosas estúpidas ellos mismos. Mateo sabiamente les recomienda las montañas. ¡Aquí, te pediría que en lugar de quedarte en casa, de lo contrario me arriesgo a encontrarte en las montañas!
Atentamente
G