Una vez asignados los camarotes y dispuesta la cocina, zarparemos inmediatamente hacia Capraia navegando, divirtiéndonos y, por qué no, tratando de coger un buen almuerzo.

Dependiendo del tiempo decidiremos si parar en el camino de ida o en el de vuelta para descubrir mejor una de las islas más bellas y salvajes del archipiélago toscano, fondearemos en calas impresionantes como Cala Rossa, Cala del Ceppo y Mortola y muchas otras. Nos sumergiremos en sus paisajes vírgenes que lo convierten en un pequeño paraíso para el trekking, visitaremos el puerto con el característico pueblo con restaurantes y tiendas de productos locales y el pueblo alto con el castillo y las vistas de postal.

A continuación, recorreremos los 15 kilómetros que nos separan de Córcega con los ojos bien abiertos porque pasaremos justo en medio del santuario de cetáceos y, si tenemos suerte, vendrán a saludarnos. Exploraremos Cap Corse, situado en el extremo norte de Córcega. Echar el ancla en las bahías de arena fina y bajar a caminar por esas costas es una emoción única y una oportunidad para visitar los lugares más salvajes de la isla, incluidos pueblos remotos y pequeños puertos pesqueros. La reserva de Finocchiarola, la playa de Santa María, la legendaria Giraglia, Macinaggio y el pueblo más septentrional de Córcega Barcaggio. Bordeando el "dedo" en el lado oeste nos detendremos en Centuri, famoso por la pesca de langosta e inmediatamente después en Anse d'aliso, un pequeño y hermoso fiordo.

Dependiendo del clima, decidiremos si parar en Saint Florent, visitar la ciudad y su gran golfo, desde allí comienza el desierto de Agriates, accesible solo en barco, con sus playas de arena blanca y aguas cristalinas, como la de Saleccia o el río Santu. O si continuar hasta Ile Rousse o Calvì con su imponente castillo con vistas al mar.